Más músculo. Más vida, salud y mejor pronóstico durante la quimioterapia.
Hay diversos estudios que demuestran que los pacientes que disponen de una masa muscular por debajo de los mínimos, no son capaces de finalizar los tratamientos de quimioterapia. Eso es debido a que presentan mayor toxicidad que las personas que mantienen unos valores de masa muscular adecuados.
Con la edad y el envejecimiento, se va perdiendo masa muscular y fuerza, sobretodo si no lo entrenamos específicamente, esto significa que no nos debemos centrar en obtener un nivel mínimo sino llegar a niveles óptimos que nos anticipen en mayor medida de la enfermedad.
El ejercicio físico es indispensable durante la fase de tratamiento combinado con un correcto entrenamiento neuromuscular de fuerza producen un mayor aumento de masa muscular. En varios estudios se ha demostrado la eficacia de como el ejercicio de fuerza es capaz incluso de aumentar los niveles de masa muscular en personas con cáncer que están recibiendo terapia de deprivación androgénica. (Galvão et al., 2006).
Este último punto deviene muy relevante ya que los propios tratamientos de la enfermedad generan un catabolismo exacerbado que llevan al paciente a un estado de sarcopenia mas acusado, sobretodo durante y después de las terapias. Esto acaba generando un peor pronóstico clínico y una peor calidad de vida.